El primer entrenamiento de la semana discurría  con absoluta normalidad en las instalaciones de Cobatillas hasta  que en una jugada fortuita el delantero canterano, ya reincorporado al  trabajo tras su lesión muscular, notó un agudo dolor en el tobillo. Por  unos momentos se temió lo peor, pero tras la exhaustiva exploración del  doctor Castillo, y pendiente de pruebas  complementarias, el diagnóstico deja la lesión en un simple esguince de  grado 2.
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