Con ganas de plaza, con ganas de reivindicarse y de demostrarle a José Miguel Campos, así afronta Mario Rosas el choque ante el Huesca. Tras quedarse fuera del once en San Sebastián, después de reflexionar, de templarse, el fichaje-estrella espera la cita ante la escuadra oscense para volver al once, aunque siempre respetando al máximo al míster y al resto de compañeros: "Está claro que todos queremos jugar pero de mi boca nunca oirán palabras quejándome. Creo que ningún entrenador se tira piedras sobre su propio tejado. ¿Qué cómo lo vi desde el banquillo? Pues mal, bueno, se ve muy sencillo, más fácil. Luego cuando te pones a jugar lo que parece grande se hace pequeño".Pese a esto, a pesar del respeto, jugar, ser importante es casi una obsesión: "Estoy con unas ganas tremendas, pero no sólo por el hecho de haber sido suplente en el último partido, si no porque en cierta medida después del debut ante el Nàstic creo que estamos en deuda con la afición". Una grada a la que da mucha importancia: "Si queremos hacer algo importante nuestro campo debe ser un fortín. Lo del día del estreno debe ser una excepción, no se pueden escapar más puntos de Nueva Condomina... pero sé que somos nosotros somos los que debemos animarles". Y dicho lo anterior, el hombre llamado a liderar a este Murcia, avisa a los espectadores: "Poco a poco estamos mejor, pero en los partidos de casa la gente debe ser consciente de que habrá que tener mucha paciencia, esperar el momento para ir a ganar". Lo dice el que regresa, el único cambio que prepara Campos para lograr, a la tercera, el primer triunfo del año.
Fuente: AS
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