
Gran parte del escándalo ha visto la luz tras una conversación entre Ángel Vizcay, exgerente del Osasuna, y Javier Tebas, presidente de la Liga, en la que el primero reconoce, con pelos y señales, que compraron a equipos como el Getafe y el Betis para que se dejasen ganar.
De rebote, y para señalar que en la época del expresidente Patxi Izco, anterior a la suya, también se hacían este tipo de amaños, aludió a un Osasuna-Real Murcia del que no dio ningún dato más. Mientras que en partidos de las campañas 2012-2013 y 2013-2014 Vizcay sí dio datos, de aquel Osasuna-Murcia no ofrece ni uno. Las acusaciones más graves van dirigidas al Betis y al Getafe, equipos a los que les pagó para dejarse ganar y no solo para vencer a un tercero, prima que moralmente está 'bien vista'.
El partido que afecta a la institución murciana fue el disputado en el estadio Reyno de Navarra, el 11 de mayo de 2008. El Real Murcia estaba descendido a Segunda desde varias jornadas atrás y llegaba a disputar la número 37, la penúltima, sin nada en juego. El Osasuna, por su parte, se jugaba la vida. Ocupaba, junto al propio Murcia y al Levante, posición de descenso y necesitaba vencer a los granas para intentar salir de abajo. Con 40 puntos, tenía los mismos que el Recreativo de Huelva, que estaba el cuarto por la cola, y uno menos que el Zaragoza, que también estaba fuera del descenso y que podía caer.
El equipo grana, entrenado por Clemente, estuvo formado por Carini, De Coz, Ochoa, Pignol, Peña, Álvaro Mejía, De Lucas, Goitom, Dani Aquino, Iñigo e Iván Alonso. En la segunda parte entraron Abel Gómez, Jofre y Fernando Baiano. Pero el Murcia, pese a dar sus últimos coletazos en Primera, fue un equipo menor y no opuso resistencia en Pamplona. Un gol de Dady en el primer minuto del partido, tras un error de Carini, y uno de Juanfran, actual jugador del Atlético, a los siete minutos de la reanudación, sentenciaron al Real Murcia y sacaron de los puestos de descenso al Osasuna, que adelantó al Zaragoza en la clasificación a falta únicamente de una jornada para el final de la liga regular. Una semana más tarde, el equipo aragonés acompañó a los granas a Segunda.
Insinuación de Clemente
Pero, ¿en algún momento sospechó Javier Clemente, entrenador grana por entonces, tras lo visto en el partido, que alguno de sus jugadores no había hecho todo lo posible para defender al equipo grana aquella tarde de mayo? El entrenador vasco no aludió al tema directamente en la sala de prensa de El Sadar, pero quizás, de forma inconsciente, dejó algún recado a sus pupilos: «Nada más empezar nos han hecho un gol, de los que nos meten casi siempre, extraño», aseguró.
«Hemos salido bien, pero en una jugada tontilla nos han hecho el segundo», resumió para explicar lo que había pasado en el siguiente tanto. Los términos 'extraño' y 'tontilla' puede que tengan hoy, tras todo lo que está destapando el 'caso Osasuna', más sentido que entonces. El equipo grana, según las crónicas de aquel partido, solo se acercó a la portería defendida por Ricardo a través de un disparo desde fuera del área de De Lucas, en otra jugada de Dani Aquino y en el gol de Abel Gómez en el minuto 91 de partido, tras un disparo que se coló por la escuadra.
El club grana, de forma institucional, ha querido dejar bien claro que ni sabe ni tiene nada que ver en este presunto amaño: «El Real Murcia no tiene nada que ver en esto. Sabemos el comportamiento que ha tenido este club es este tipo de situaciones, siempre hemos sido muy pulcros y respetuosos». En este sentido, en el descenso de Montilivi de 2010 el club grana se negó a primar por ganar a uno de los equipos que se enfrentó a sus rivales directos en la lucha por la salvación, a pesar de que la semana previa al Girona-Real Murcia los jugadores de aquella plantilla, desde una concentración en Campoamor, pidieron a Samper que pagara alguna prima a terceros para asegurar la permanencia, a lo que el empresario madrileño se negó tajantemente.
Un día normal
En la expedición grana que se desplazó aquel mes de mayo de 2008 a Pamplona no hubo nada extraño, nada anormal que hiciera pensar que el partido estaba amañado: «No hubo nada raro; si se produjo algún acuerdo, tuvo que ser entre jugadores. En los vestuarios y, mientras preparábamos todo el material, no nos llegó nada. Dejarse perder es muy complicado. Si algún jugador hubiera hecho algo por su cuenta, nunca se lo hubiera dicho a los empleados del club. Nosotros somos del Real Murcia y sé que muchos jugadores, si se enteran de que se ha pactado algo así, no estarían por la labor de prestarse», dice Antonio Morote, delegado del Murcia en aquel partido. Muchos aficionados y medios de comunicación de Pamplona pensaban que el Real Murcia llegaría primado al Reyno de Navarra por el Recreativo y el Zaragoza para ganar y hundir al Osasuna. De hecho, una victoria grana aquella tarde hubiera salvado, prácticamente, a onubenses y zaragozanos del descenso.
En el once que saltó al campo estaba Juan Ochoa, central que pasó cinco temporadas en el Murcia y que actualmente milita en el KAS Eupen de la Segunda belga. «No vi nada raro ni especial. Fuimos, jugamos y perdimos. Los últimos partidos de Liga fueron igual que los demás. Fue un partido más, el año fue un desastre total. Empezamos muy bien pero después llegó el mal ambiente, no hubo ningún 'feeling' entre los jugadores de la plantilla. La segunda vuelta fue desastrosa», dice.
Richi era uno de los capitanes de aquella plantilla. No jugó el encuentro ante el Osasuna, pero estuvo convocado y vio el partido desde el banquillo: «Nadie se puso en contacto con nosotros para que nos dejáramos ganar contra el Osasuna. Durante la semana previa no hubo ninguna insinuación. Nadie llegó con ninguna propuesta. Si el Osasuna o alguno de sus jugadores intentó hablar con algún jugador del Real Murcia a título personal, no lo sé», dice el madrileño afincado en Murcia. Le duele que el nombre del Real Murcia salga a la palestra por estos temas: «No es agradable y duele que vuelva a salir el nombre del club en algo que no tiene que ver con el fútbol, a nosotros nos hubiera gustado mantener la categoría».
El único murciano que hubo sobre el césped fue Dani Aquino. El delantero, al que Clemente le dio la alternativa y minutos en Primera, apenas contaba con 17 años: «Yo acababa de debutar en Primera y apenas me acuerdo de nada. Para mí todo fue normal, yo estaba como en una nube, aprendiendo», dice el jugador del Atlético B.
Fuente: La Verdad
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