A los alicantinos se les vino el mundo encima. Necesitaban tres goles para remontar y nunca dio la sensación de que estaban convencidos de poder lograr esa gesta. Javi Flores había rematado a la madera en la primera jugada de peligro del Hércules. Pero tras el 0-1 ya no hubo muchas ocasiones claras. En el segundo tiempo, los visitantes supieron controlar las acometidas del equipo alicantino y acabaron celebrando su regreso, por la puerta grande, al fútbol profesional.
Por la mañana había subido otro equipo del grupo de Real Murcia y Cartagena, un Sevilla Atlético que dio el salto de categoría de la forma más agónica posible, en la tanda de penaltis y con un gol desde los once metros de su portero, José Antonio Caro, que antes había parado un lanzamiento al capitán del Lleida, Pau Bosch. Y a continuación, transformó el penalti decisivo después de doce lanzamientos.
El Lleida, al marcar en el primer minuto del segundo tiempo el extremo Carlos Rodríguez, forzó la prórroga y los penaltis. Nadó mucho y se ahogó en la orilla.
Fuente: La Verdad
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