miércoles, 28 de octubre de 2015

Un derbi que parezca un derbi

El UCAM, a poco más de tres semanas para el 22 de noviembre, sigue planteándose varias alternativas para conseguir que nadie se pierda el choque entre los dos equipos de la capital de la Región. La primera de las ideas que maneja el equipo universitario pasa por solicitar al Real Murcia en los próximos días el cambio de orden de los encuentros, jugando así la primera entrega del nuevo derbi de la ciudad el 22 de noviembre en la Nueva Condomina y la segunda el 10 de abril en el viejo campo de la Puerta de Orihuela.

De este modo, al club universitario le daría tiempo a solucionar los problemas burocráticos para reformar la grada lateral y aumentar el aforo del estadio para la segunda vuelta en más de 3.000 espectadores. En este caso el UCAM tendría seis meses para adecuar La Condomina de cara al derbi de la segunda vuelta, al 'playoff' y a un posible ascenso a Segunda División.

Los rectores del actual líder del grupo IV de Segunda B se han planteado esta posibilidad, que para hacerse efectiva debe contar con el beneplácito del club que preside Samper y también con el visto bueno de la Federación Española de Fútbol. Los requisitos formales que exige el organismo que preside Villar para dar el visto bueno es que se realice en la primera vuelta de la competición y que el equipo que lo solicite tenga motivos justificados para hacerlo, desde el mal estado del terreno de juego hasta problemas estructurales en la propia instalación.

En todo caso, el equipo grana estaría en su derecho de decir 'no' a esta propuesta, ya que le supondría jugar tres partidos como local ante el Jumilla, el UCAM y el Jaén de forma continuada, pero también tres partidos como visitante ante estos mismos rivales en la segunda vuelta, cuando todo se decide, y a solo cinco jornadas del final de la liga regular, una circunstancia que no sería beneficiosa en lo deportivo para el equipo que entrena Aira.

El cambio de orden de los partidos, que la Federación podría aceptar si los clubes están de acuerdo, suele encontrarse habitualmente con la oposición de los propios entrenadores, los más perjudicados ante estas circunstancias. De hecho, José María Salmerón, técnico del UCAM, ya dijo 'no' hace unas semanas cuando el Ayuntamiento de Lorca pidió cambiar el orden del choque entre La Hoya y los universitarios que se va a jugar en el Artés Carrasco el próximo 17 de noviembre.

Los encargados de las instalaciones lorquinas intentaron salvaguardar la sobrecarga de partidos del césped del Artés y jugar primero en La Condomina este encuentro, pero se encontraron con la oposición del cuerpo técnico universitario, que alegó que más tarde se vería perjudicado por tener que jugar tres partidos consecutivos como visitante.

La Hoya, que es el equipo murciano que más veces ha intentado cambiar un partido de orden por el mal estado de su césped, también intentó el pasado curso cambiar el orden de sus partidos ante el Arroyo, pero el equipo extremeño se negó rotundamente y el Brócoli se vio obligado a jugar este partido como local en el Pinatar Arena. Lo que no sería posible en ninguno de los casos es que el UCAM juegue el 22 de noviembre en la Nueva Condomina actuando como local ya que la normativa de Segunda B impide por completo esta posibilidad.

Una idea antigua
La segunda opción que maneja el UCAM es instalar en el fondo sur de La Condomina, justo debajo de la estructura del marcador, una grada supletoria para el próximo 22 de noviembre. Esta grada sería colocada, en principio, solo para el choque entre el UCAM y el Murcia y se desmontaría tras el derbi.

Esta opción no es del agrado del equipo que preside José Luis Mendoza, dado que sería una inversión poco rentable y que ya fue manejada hace unos meses, aunque fue descartada en favor de arreglar la grada lateral. El precio del alquiler de esta grada, según los cálculos del UCAM, gira en torno a los 5 euros por asiento instalado y se podrían ubicar todas las localidades necesarias, desde 1.000 a 3.000, según la demanda. De hecho, ya fue una solución que adoptó el Ayuntamiento en el año 2000, tras el ascenso a Primera del Murcia de Vidal, cuando decidió derribar el antiguo fondo norte por su mal estado e instalar una estructura que fue utilizada tanto por el Murcia como por el Ciudad en los años siguientes, hasta que ambos se marcharon.

Con esta solución el UCAM podría disponer de casi 3.000 entradas para los aficionados murcianistas, que ya no estarían obligados a buscar un hueco en la tribuna. Esta instalación requerirá del pertinente estudio de seguridad y evacuación y es una opción que el Ayuntamiento ve viable: «No veo ningún problema a esta solución», asegura Felipe Coello, concejal de Deportes.

Fuente: La Verdad

No hay comentarios:

Publicar un comentario