miércoles, 21 de octubre de 2015

Juntos, pero sin pasarse

No va a dar tiempo a que la Grada Lateral de La Condomina sea reformada antes del derbi de la capital, que tendrá lugar el fin de semana del 22 de noviembre entre el UCAM y el Real Murcia. La lentitud burocrática del Consistorio, que tiene sobre la mesa la solicitud desde hace tres meses, va a impedir que el estadio del centro de la ciudad pueda vivir una fiesta del fútbol murciano en todo su esplendor. Tanto el UCAM, que sigue a la espera, como el Ayuntamiento, que tiene en su mano dar el visto bueno a las obras, coinciden en que será muy difícil que el estadio pueda ampliar su aforo de 4.200 a 7.700 espectadores, lo que provocará problemas para que toda la afición grana pueda asistir al partido.

En la mañana de ayer, Pablo Rosique, director general de Deportes de la UCAM, se reunió con el concejal de Deportes de Murcia con la intención de acelerar el proceso que les permita realizar la obra en el estadio lo antes posible. Las dos partes no llegaron a un entendimiento concreto y tocará esperar a que la burocracia cumpla sus tiempos para ver cuándo se pueden iniciar las obras.

A la desesperada Felipe Coello sugirió a la UCAM la posibilidad de trasladar el encuentro a la Nueva Condomina, ejerciendo el conjunto universitario como local en el estadio de su propio rival. Para ello, el concejal invitó a Rosique a que hablase con el Real Murcia para que entre los dos clubes se pusiesen de acuerdo. Un extremo al que la entidad que preside José Luis Mendoza se negó rotundamente y que considera una barbaridad. «Como entrenador deportivo, lo entiendo, porque están acostumbrados a jugar en su campo, que es donde se encuentran cómodos, y si todo sigue como ahora, se estarían jugando la primera posición», explicó Coello en Onda Regional sobre la postura de los universitarios.

Desde la UCAM consideran que si la reforma no se realiza, la principal perjudicada será la afición del Real Murcia que desee asistir al estadio a animar a su equipo. Los universitarios saben que los habituales 2.000 espectadores que van a animarles tendrán su localidad asegurada. El problema será para los más de 3.500 murcianistas que suelen ir a la Nueva Condomina y que desean volver a ver al Real Murcia en el que fue su estadio. Muchos se quedarán sin entrada. Para la UCAM ni siquiera la taquilla le supone un perjuicio puesto que en los partidos importantes su presidente ha apostado por donar los beneficios de la misma. Lo hizo cuando La Condomina contó con la mejor entrada de la temporada, con 4.000 espectadores ante el Cartagena, entregando lo recaudado a la Federación Española de Enfermedades Raras, y es probable que lo repita ante la importancia del derbi murciano. De confirmarse esta posibilidad, también se verían perjudicada la causa benéfica elegida, puesto que podría contar con una mayor dotación económica de haberse reformado el estadio.

Primero el convenio
Desde el Ayuntamiento entienden que este tema «reviste importancia por la situación deportiva en la que se encuentran los dos clubes de la capital», asegura Felipe Coello. El concejal es consciente de que, si ambos equipos se mantienen en lo alto de la clasificación, la emoción será todavía mayor y el interés por asistir al estadio también. Pero no se deja llevar por el corazón y prefiere hacer las cosas como debe ser. «Hasta que no esté totalmente ultimado el convenio, no se puede hacer ningún tipo de obra, pero si los técnicos municipales dan el visto bueno a esa obra, se podría acometer a corto plazo, siempre que la UCAM done esa obra al Ayuntamiento», reconoció. El principal problema reside en que antes de hacer las obras, debe estar firmado el convenio de uso de La Condomina durante los próximos cuatro años por parte de la UCAM y el Ayuntamiento de Murcia. Ahí es donde entra el sistema burocrático que ralentiza todo el proceso. «No es que nos hayamos retrasado, sino que las cosas oficiales funcionan de esta manera. Cuando presentas un convenio ante las diferentes oficinas del Ayuntamiento, como son Hacienda, Patrimonio, etc., es normal que se hagan los estudios adecuados para que no se haga ningún documento en el que haya un uso indebido de una instalación municipal», explica Coello desde su punto de vista.

Hasta que la oficina técnica del Ayuntamiento no dé el visto bueno será difícil poder realizar las obras, que según el proyecto presentado por la UCAM podrían tener una duración de cuatro semanas. Estando ya en el límite del tiempo y viendo la falta de respuesta, parece imposible que la reforma se vaya a realizar antes del 22 de noviembre. La UCAM esperará, ya sin prisa, a que el Consistorio se pronuncie para poder realizar esa labor a lo largo de la temporada.

Fuente: La Verdad

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