Aunque tanto Rafa como Rufo son jugadores que agradan a Gracia, no es un secreto que su presencia en el Málaga durante la pretemporada estaba más destinada a colocarlos en el mercado para tratar de encontrarles acomodo en otro conjunto con vistas a la próxima temporada. En el caso del centrocampista se trata de una situación más peculiar, porque durante la pasada campaña el propio entrenador siempre habló de él cuando se refería a la aportación en el grupo de aquellos jugadores que habían dispuesto de muy poco protagonismo. Ytodo, si se valora que estuvo casi todo el ejercicio en el dique seco por una grave lesión de rodilla.
La confianza en Rafa es tal que, pese a la decisión más que tomada de cederlo, desde el primer momento se valoró que antes de proceder al préstamo a otro equipo era conveniente modificar su contrato con una ampliación de los años de duración ante la previsión (más bien convicción) de que a corto plazo recupere el nivel que lo convirtió antes de la lesión de rodilla en un futbolista a corto plazo del primer equipo.
En este sentido, el jugador, que tiene las ideas muy claras (conviene recordar su formación universitaria), ya había comentado a sus más cercanos que prefería una cesión para competir todos los domingos a tener un papel muy reducido en el primer equipo malaguista. La opción de continuar en el Atlético Malagueño estaba descartada de salida dada la renovación acometida en el filial y desde muy pronto se pusieron en marcha contactos para encontrarle acomodo. No obstante, la grave lesión de rodilla ha sido un obstáculo, ya que varios equipos se han mostrado reacios a apostar por él. En cambio, el Murcia, dirigido por José Manuel Aira y que participará en el grupo IVde Segunda B (junto a los representantes andaluces, entre ellos el Marbella), sí ha dado el paso al frente, lo que además satisface al joven futbolista, que es consciente de que va a jugar en un histórico. Allí estuvo también cedido su excompañero Víctor Ruiz, que completó una gran segunda vuelta como lateral izquierdo.
Pero Rafa no es el único que tiene claro su destino para la próxima temporada (el acuerdo es total entre las tres partes), ya que también Rufo sabe en qué equipo jugará a partir de ahora. Se trata del filial del Espanyol, que competirá en el grupo IIIde Segunda B con Lluis Planaguma como entrenador. Es decir, en el caso del medio punta zurdo barcelonés se trata de un regreso a casa, porque el Málaga lo incorporó precisamente después de pertenecer a la cantera españolista durante nueve temporadas, desde que tenía solo diez años.
Fuente: Diario Sur
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