martes, 16 de septiembre de 2014

El portero que soñó con ser Iker

Fernando lleva años soñando con una tarde como la que tuvo el domingo en Luanco. Siempre suspiró por vivir un partido en el que su actuación fuera decisiva para darle los tres puntos al Real Murcia. El guión del encuentro que disputó ante el Marino de Luanco fue el que desde niño anheló; es decir, victoria apurada de su equipo y penalti decisivo en contra en el tramo final. Fernando se veía parando como un héroe la pena máxima, con una espectacular estirada. Su actuación en el campo Miramar no acabó en la acción de la pena máxima. Tuvo otras dos intervenciones decisivas que permitieron al equipo de Aira salir airoso de su visita a Asturias.

Pero la carrera deportiva de Fernando no ha sido un camino de rosas, precisamente. No ha sido el típico canterano que se ha encontrado de golpe con el éxito, con la puerta abierta del primer equipo. Por eso, después del partido de Luanco no estaba excesivamente eufórico, a pesar de que su actuación había sido brillante: «Ya era hora de que pudiera disfrutar de un día bueno», dijo a un familiar que le felicitó vía whattshap al final del partido. De hecho, Fernando se lo guarda todo para él y ha estado sometido a grandes presiones en los últimos años. Hace dos temporadas, cuando Juan Antonio Samper estaba aún detrás de todas las decisiones que se tomaban en el Real Murcia, fue utilizado como arma arrojadiza contra Javi Jiménez, portero que no quería renovar.

Mala experiencia
Fernando, entonces cedido por el Murcia al UCAM en Segunda B, agarró la titularidad con la llegada de Tevenet al banquillo universitario. Volvía a tener regularidad bajo los palos, volvía a brillar, pero en diciembre fue llamado a filas por el club grana. El plan del hermano de Jesús Samper era recuperar a Fernando para mandar a la grada al disidente Javi Jiménez. Cifuentes iba a ser el primer portero, Fernando sería segundo y Jiménez no jugaría. El cambio no estaba mal para el actual meta titular murcianista, ya que tendría una oportunidad en Segunda. Siviero se dejó llevar y permitió la operación, pero Onésimo, semanas más tarde, volvió a dar el puesto a Jiménez y al que mandó a la grada fue a Fernando, que se sintió traicionado. De ser titular en un equipo de Segunda B pasó a tercer guardameta de un conjunto en estado de depresión que se precipitaba al abismo.

No se quejó y aguantó sin abrir la boca. El Chuti le dio galones el año pasado y lo colocó de segundo portero. Se topó con un Casto invencible y solo disfrutó de un partido y medio en la Liga y otro en la Copa del Rey. El pasado verano volvió otra vez al ostracismo. Su nombre no era tan conocido como para salir del Murcia. Fernando, que se negó a denunciar al club cuando acabó la temporada por el dinero que le adeudaba, prefirió esperar una oportunidad. Aunque el club grana haya fichado a Iván Crespo, Fernando se ve titular. Fanático de Iker Casillas, como murcianista que es ha seguido a su equipo desde la grada con su peña de amigos y ha estado presente en ascensos históricos como el del Toralín, cuando el Murcia, guiado por Alcaraz, subió a Primera División por ultima vez en su historia.

Puede que su destino haya cambiado: «Está luchando mucho y no ha tenido suerte. Él lo ha pasado mal pero no es de contárselo a nadie», dice su padre, que también se llama Fernando. De familia trabajadora y humilde, su padre y su madre, Mari Carmen, lo consideran un chico maduro, que está preparado para ser el portero titular del Real Murcia: «Siempre ha jugado en equipos con gente mayor que él. Es su forma de ser, es muy callado y tiene las ideas muy claras».

Sus padres también se sienten orgullosos de que su hijo no sea un futbolista al uso y se hay preocupado por estudiar y por su futuro cuando deje el fútbol: «Siempre ha estudiado. Solo lo dejó cuando se fue al Valencia. Coincidió su marcha con la época en la que tenía que empezar la Universidad. Allí lo intentó, pero tenía que estudiar en valenciano. En cuanto volvió a Murcia empezó CAFD (Ciencia de la Actividad Física y del Deporte)».

Hace unos meses acabó la carrera, algo poco usual en el mundo del fútbol. «La clave es que Marta, su novia, le ha ayudado mucho. Ella ha estudiado Medicina y le ha empujado a estudiar. Te podemos garantizar que la diversión y la fiesta le han gustado poco», aseguran Fernando padre y Mari Carmen.

Fernando arrancó su carrera futbolística en el Murcia Deportivo, el club que puso en marcha María Isabel Valcárcel, hermana de Ramón Luis, expresidente de la Comunidad Autónoma y mujer de Monje Carrillo, actual presidente de la Federación Murciana. Llegó a los 8 años a un grupo de jugadores entre los que se encontraban Álvaro Rosa, Crespo y Tito. Permanecieron juntos hasta juveniles. Pero tras dos temporadas con el Murcia Deportivo en División de Honor, Fernando fue fichado por el Valencia. Antes se había puesto a las órdenes de Moñino, el padre de Javi García, que en su escuela de porteros del Olimpic Club introducía nuevas técnicas.

De Beniaján
Nacido en Beniaján y residente en Murcia, Fernando fue llamado por la selección nacional juvenil sub-17 y, posteriormente por la sub-19, cuando militó en el Valencia: «Era un portero de unas condiciones bárbaras y por eso lo fichó el Valencia. Destacaba por encima de los demás. Ahora es un portero con unos reflejos excelentes, con un buen juego de pie y que, como indicó su entrenador, da seguridad a su equipo en las salidas. Es un portero de verdad que, además, quiere al club y ha deseado siempre jugar en el Real Murcia», dice Pepe Murcia, una de las personas claves en su formación, que solía preparar a Fernando y a los otros porteros atándoles las piernas para que perdieran el miedo a tirarse, algo habitual a esa edad.

En la cantera valenciana jugó un año en División de Honor y fue cedido una temporada al Sangonera de Segunda B antes de fichar por el Imperial. Una vez de grana, en el verano de 2010, fue llamado por Iñaki Alonso para hacer la pretemporada como el primer equipo, un recién ascendido a Segunda División. Sus compañeros de viaje fueron Nandi, Luis Carlos, Simón, Nico Varela y Pablo. Actualmente solo él y Simón siguen en el Real Murcia, aunque Fernando ya se codea con los titulares.

Fuente: La Verdad

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